18 de febr. 2007

Golf i xalets; però PAI aigua?

Políticos y ecologistas advierten del impacto de los planes de Alfauir y Villalonga
Como si de una moda se tratara, los municipios valencianos han iniciado la carrera urbanística proyectando macrourbanizaciones con campos de golf –una afición hasta ahora casi desconocida por los levantinos–. La Safor no es una excepción. Las prisas llegaron primero por el cambio de la normativa. Ahora, son las elecciones de mayo las que obligan a los alcaldes a acelerar las tramitaciones. Pero no son asuntos sencillos.

A. ESCRIVÁ/ ALFAUIR/VILLALONGA

Desde el principio se han topado con innumerables obstáculos, bien en forma de alegaciones de vecinos, políticos y ecologistas, bien a través de contenciosos o informes desfavorables de las administraciones competentes.

La principal crítica que los opositores comparten es la falta de agua. Un argumento que los gobiernos locales que promueven los ya famosos PAI (Plan de Actuación Integral) desechan rápidamente. Sin embargo, la Confederación Hidrográfica del Júcar no lo está poniendo nada fácil, lo que supone un respiro para las asociaciones y colectivos que oponen rotundamente a este tipo de actuaciones.

El alcalde de Villalonga, Juan Ros, tiene una opinión muy clara: “Tenemos agua suficiente. Por eso llevamos abasteciendo a 13 pueblos de la comarca desde hace once años”. Esta misma semana, el TSJ ha aceptado su aprobación del concierto previo, lo que le permitirá continuar tramitando la modificación del Plan General, y por tanto, del PAI que incluye 3.800 viviendas y dos campos de golf.

La valoración del delegado del Gobierno, Luis Felipe Martínez es bien distinta: la sentencia no implica que se haya aprobado el proyecto. De hecho, recordó, “aún no lo ha visto al Conselleria ni tampoco la Confederación”. Lo mismo cree el Bloc, que recuerda cómo el Síndic de Greuges puso a este Consistorio como ejemplo de lo que no se debe hacer en urbanismo.

El caso de Alfauir también tiene sus peculiaridades. Tras casi dos años de olvido, la alcaldesa, Provi Martínez, pasando por alto la política urbanística de su propio partido (PSPV), aprobó el jueves los últimos documentos para retomar la tramitación del PAI. En este caso, son 660 viviendas (para un municipio de 400 habitantes) y un campo de golf. El agua vuelve a cobrar protagonismo. La propuesta de la empresa contempla rodear el pueblo con todo un cinturón de zona residencial. Y al otro lado, la instalación deportiva.

No sólo la duda de si habrá suficiente agua para abastecer a la futura población planea sobre el proyecto. También “el impacto que ocasiona en el entorno de convento de Sant Jeroni y en el curso del río Vernissa”, ya que sus meandros quedan completamente encajonados en el recinto, explicó uno de los portavoces de la Plataforma pels Pobles de la Safor, Xavier Ródenas.

La Confederación aún no se ha pronunciado al respecto. Sin embargo, los responsables del proyecto siempre han defendido que el abastecimiento de agua está más que garantizado. Dos versiones enfrentadas en un asunto que invade numerosas localidades valencianas, en muchas de las cuales las propuestas se están quedando sobre la mesa.

El agua es un bien escaso y no son pocos los que creen que el riego de instalaciones deportivas de estas características no es el mejor lugar donde gastarla. Es el efrentamiento entre los que quieren salvar la agricultura y los que la dan ya por perdida.