16 de des. 2006

El desembarcament dels PAI

La Safor no ha sido ajena a la presentación de Programas de Actuación Integrada (PAI), una controvertida figura jurídica de la ley urbanística que permite al agente urbanizador ahorros considerables a las arcas municipales. Aunque sólo Xeraco ha dado luz verde a 1.800 viviendas, los PAI ya están aquí.
15/12/2006

Que el territorio es un bien escaso, finito y no renovable es de sentido común. Que para construir una macrourbanización se necesita no sólo garantizar los recursos hídricos y energéticos sino prever infraestructuras dotacionales como una escuela o un ambulatorio, también parece lógico. En la Safor –como también era de prever en una geografía copada por el ladrillo–, las macrourbanizaciones ligadas al golf ya han hecho acto de presencia. Y la mayoría en forma de Programas de Actuación Integrada (PAI), ésa figura jurídica con la que alguien –llamado “agente urbanizador”–, pone construye también calles, alcantarillado y pone farolas, con el consiguiente ahorro para las arcas municipales, algo menguadas tras la supresión parcial del Impuesto de Actividades Económicas.Ante una opinión pública sensibilizada por los temas urbanísticos, el 29 de mayo el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, remodeló por segunda vez su gobierno.

Esteban González Pons relevó a Rafael Blasco en la Conselleria de Territorio y Vivienda. Partidario de la “política sandía”, Pons ha endurecido, al menos aparentemente, la normativa sobre protección del paisaje y mantiene la consigna de no aprobar ningún PAI dudoso hasta después de las elecciones de 2007. En los últimos dos años se han presentado proyectos en Alfauir (Vernissa Golf, 750.000 metros cuadrados y 750 viviendas), Villalonga (dos campos de golf y cuatro mil adosados), Palma de Gandia (golf y 1.600 viviendas), la Font d’En Carròs (dos PAI contemplan 1.250 viviendas), Simat de la Valldigna (dos mil viviendas en virtud de una modificación del PGOU), y en Tavernes de la Valldigna (golf más 4.500 casas en el PAI de Bancaja y otras 2.863 en el de Granota Golf).De momento, sólo el Ayuntamiento de Xeraco ha dado luz verde a la construcción de 1.800 viviendas, mientras que el PAI de Villalonga quedó paralizado provisionalmente por un auto judicial del TSJ al entender que no tenía agua suficiente.Algunos de estos proyectos han recibido el informe desfavorable de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por encontrarse en zonas inundables. Sin embargo, los pronunciamientos de la CHJ no son vinculantes. Por su parte, en una entrevista concedida a “Gente de la Safor”, el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, apuntaba que los campos de golf “no pueden ser la excusa para construir mal”.La Asociación de Promotores y Constructores de la Safor (APC) es firme defensora de las urbanizaciones ligadas al golf, siempre que se cumpla con la legalidad vigente. APC defiende que la construcción y el turismo residencial deben ser los motores de la Safor, al entender que la citricultura apenas da beneficios y la industria apenas tiene peso específico en la economía comarcal.Éste también ha sido el año de la Ley Urbanística Valenciana (LUV), que entró en vigor en febrero para derogar la anterior Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU). La LUV no gustó nada a las autoridades europeas.

La Comisión Europea entiende que un PAI es un contrato público que incluye la prestación de servicios y la ejecución de obras, por lo que debe atenerse a la directiva comunitaria en cuanto a su transparencia y publicidad. Con este requerimiento, Bruselas dio un tirón de orejas al Consell para evitar los abusos urbanísticos e incluso pidió una moratoria en los planes que implicasen recalificación de suelo rústico.

Las urbanizaciones despiertan el movimiento cívico

La presentación de macrourbanizaciones ante los Ayuntamientos ha despertado la conciencia ciudadana. Movimientos como la Plataforma pels Pobles o el Col·lectiu Vall de Vernissa han alzado su voz en pro del desarrollo sostenible y de la protección del paisaje.

Éste último, que se reunió con el Consell Valencià de Cultura, criticó el impacto que pueden causar los proyectos urbanizadores previstos en el entorno del monasterio de Sant Jeroni de Cotalba.

En cambio, en Tavernes de la Valldigna, el PAI de Bancaja y el de Granota Golf han dividido a la población, que sí ha estado unida en otros asuntos como las protestas a la línea de alta tensión. Donde unos ven mejoras para el turismo y el fomento del empleo, otros ven en la desaparición de terreno agrícola un modelo insostenible e incompatible con los recursos del territorio.

Font: Gente de la Safor